Las plantas que el viento se llevó
Hoy damos inicio a una nueva serie de publicaciones llamada «La Planta del Mes». En esta sección, exploraremos una planta en particular, destacando aquellas que a menudo pasan desapercibidas, aquellas que se han convertido en emblemas por alguna razón especial, o aquellas con las que nuestros integrantes han trabajado. Con esta iniciativa, buscamos ayudar a superar la ceguera hacia las plantas y a conocer mejor las especies que nos rodean.
En este mes de vientos y cometas, nuestra protagonista es Tillandsia recurvata (L.) L. Esta planta epífita (a veces llamadas plantas aéreas), pertenece a la familia Bromeliaceae, la misma que la piña. T. recurvata se distribuye desde el sur de Estados Unidos hasta el centro de Argentina. Suele crecer sobre árboles, alambradas, cables de transmisión eléctrica o vallas.
Pero, ¿cómo logra crecer en estos lugares tan diversos? T. recurvata tiene varias adaptaciones notables que le permiten colonizar y sobrevivir en estas superficies. Sus semillas, diminutas (2–3 mm), son dispersadas por el viento (un proceso conocido como anemocoria). Además, alberga bacterias endosimbiontes fijadoras de nitrógeno en su tejido vascular, cuenta con tricomas absorbentes para captar agua de la neblina, y posee mecanismos sofisticados para regular la pérdida de agua por evapotranspiración.
¿Alguna vez has visto esta planta?
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Ilustración de Michedomi, GFDL.
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