El polen, otro factor que influye en la calidad del aire y la salud en el Valle de Aburrá
Cada vez que respiramos llenamos nuestros pulmones de aire —un promedio de medio litro por cada inhalación en reposo en una persona adulta—, un acto inconsciente con el que obtenemos el oxígeno necesario para mantener con vida nuestro cuerpo. También inhalamos diferentes contaminantes derivados de las actividades humanas, en especial en las ciudades, muchos de ellos en forma de material particulado, técnicamente denominado PM. Y, además, ingresan a nuestro organismo partículas de polen.
Por eso, el profesor Fernando Alzate Guarín, del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, no vacila en decir que «respirar es morir un poco», al presentar el resultado de un estudio de doctorado sobre la contaminación biológica en el aire del Valle de Aburrá, que se adelantó en la Universidad de Antioquia durante más de cinco años y en el cual participaron investigadores del Grupo de Estudios Botánicos —Geobota— adscrito a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales—, así como del Grupo de Alergología Clínica y Experimental —Gace— de la Facultad de Medicina.
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